Que levante la mano quienes de chicxs, al perder una partida de chin-chón o cualquier juego que se les ocurra, al acudir a nuestros padres en busca de consuelo, contestaban: “Dejate de joder nenx, que es solo un juego”.
¡Esa bendita frase o cualquiera de sus variantes! Nos marca esa delgada línea que separa el compañerismo, el saber perder, de la resignación ante algo que resulta “ineludible”.
Pero no más. Hoy nosotrxs marcamos nuestro futuro y nosotrxs decidimos ante qué nos resignamos, y hoy decidimos no torcernos más ante aquellas normas que nos imponen incluso desde antes de nacer.
Lo que pasó ayer en el Congreso lo refleja perfectamente, y sino pregúntenle a Martha Rosemberg y Elsa Schvartzman que en 2003 decidieron que nuestras vidas no son un juego, que quedarse en casa a cuidar a lxs hijxs, hacer la comida, lavar la ropa no es algo ineludible, y por eso decidieron impulsar la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y pelearla hasta el final. Y sino salía, era volver a recobrar fuerzas y volver a intentarlo.
Y hoy no salió. Pero cada aliento vale y por eso estamos acá, por eso yo estoy escribiendo esta editorial y vos estás leyéndola: porque nos interesa. Estamos completamente seguros que si hoy no salió, mañana va a salir. Porque cada respiro es una huella imborrable en nuestro camino. Y nosotros sabemos que a esta ola verde no la para nadie.
Por eso elegimos “El Quiebre”. Porque nos dimos cuenta de que había ciertas cosas que no tenían sentido y decidimos, desde nuestro lugar, quebrarlas.
Y así va a ser. Con nuestros lápices escribimos por todos aquellxs silenciados y hoy particularmente por todas aquellas que murieron en la camilla de un centro clandestino de aborto, desangradas, solas, sin apoyo ni contención del Estado.
Pero esta derrota (si se le puede llamar así) no es el fin, porque decidimos que esto no es un juego, porque no nos vamos a resignar a hacer algo que no queremos, y por eso, para ello, necesitamos y exigimos que sea ley.
La Redacción
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