Así es. Tal cual lo leíste en el título. Hoy nos toca luchar. Luchamos por nuestros viejos, por nuestros niños, por el pan y el trabajo, por no perder lo que logramos, y por defender nuestro futuro.
No caímos en la escuela pública. Elegimos estar ahí. La elegimos porque nos sentimos parte, porque, más allá de no tener los recursos económicos para hacerle frente, simplemente no queremos.
En los años que llevo de vida, puedo sentirme orgullosa de confesar que todas mis etapas educativas las hice sin pagar un solo peso. Más allá de lo pobres que fuimos (porque los noventa nos pegó re duro y el 2001 ni te cuento!), mis hermanos y yo recibimos una educación de primerísimo nivel. Y gracias a los profes que tuve la suerte de tener, y a cada persona que se me cruzó en el camino y que en cierto aspecto forjaron mi carácter, hoy soy quien soy, no tengo nada de que arrepentirme.
Gracias a la escuela pública pudimos salir adelante. Yo me recibí de Técnica en Química en el 2014 y mis hermanos de Técnicos Informáticos. Made in ESCUELA PÚBLICA. Los tres seguimos estudiando. Primera generación de la familia que va a la universidad. Mi mamá limpia inodoros y mi viejo cocina en el bar del Eva Perón de San Martín. ¿Cómo la vez?
Nos compramos el coche el año pasado, y estamos ahorrando para comprar una casa. Para la vejez, viste…
Te digo todo esto porque seguro que tu historia es igual a la mía.
Porque el Estado se olvidó que nosotros también somos personas, que merecemos vivir dignamente. Sin trabajar como burros doce horas al día.
O capaz que no le conviene, ¿no?
Capás que, fieles al liberalismo que representan, buscan cimentar todas las piezas de este capitalismo en el que estamos atrapados, total, los trabajadores sirven para trabajar, y los jefes para administrar.
Es entonces cuando te empiezan a sacar todos tus derechos. Ya no te podés ir de vacaciones, ya no podés pagar la luz, el gas, y ni hablar de cambiar la tele… Es exactamente eso que decía Gonzales Fraga hace un par de años:
“Le hiciste creer a un empleado medio de que su sueldo medio servía para comprar celulares, autos, plasmas, motos e irse al exterior, eso era una ilusión”.
Ahora, yo te pregunto, ¿vos y tus viejos no se mataron toda la vida laburando? Por qué no podemos cambiar el celular cuando ya no sirve, o ir a conocer otros lugares, si nos lo merecemos igual que los que concentran toda la plata…
Te vuelvo a preguntar, ¿no te parece lógico el hecho de que quieran eliminar la escuela pública, sólo para seguir ese precepto de que el pobre tiene que ser pobre y el rico que se puede pagar una privada sí tenga la posibilidad de comprarse una plasma?
Es exactamente eso lo que está pasando ahora. Buscan que ya no estudiemos para que yo siga limpiando inodoros como mi mamá y ellos sigan contando la guita.
Por eso no es una boludez lo que está pasando. Nuestro futuro está en peligro.
Te invito a que luches conmigo.
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Por García Gómez Amira
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