El camino para terminar con las diferencias de oportunidades entre géneros es largo, pero sin duda que se ha dado un paso importante. Tal es así, que seremos participes de un acontecimiento histórico, no solo por el hecho de que por primera vez el evento deportivo más importante del mundo se llevara a cabo en nuestro país, sino también que en esta edición, participaran la misma cantidad de hombres y de mujeres.
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La tercera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud que albergará del 6 al 18 de octubre a 1999 chicas y 1999 chicos provenientes de 206 países, significará una “reivindicación para la mujer”, afirmó el presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Gerardo Werthein.
Y ciertamente se tratará de una reivindicación, impensada, si nos remontamos a los Juegos de los tiempos antes de Cristo donde las mujeres no solo no participaban sino que además, si estaban casadas, no podían si quiera ser espectadoras ya que si lo hacían, el castigo era la muerte.
Tiempo después cuando Pierre de Freddy, Barón de Coubertin instauró los juegos modernos, allá en la Atenas de 1896, participaron 241 atletas pero la cosa no había cambiado mucho puesto que todos ellos eran hombres porque la asistencia de las mujeres en la competencia deportiva, seguía siendo algo prohibido debido a que su presencia en un estadio, según el propio Barón, resultaba “antiestética, poco interesante e incorrecta”.
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Recién en el año 1900, el mundo pudo ser testigo del anhelo cumplido. El lugar fue París. Allí por primera vez en la historia, los organizadores permitieron la participación femenina en la competencia. Fueron 22 las privilegiadas y una de ellas, la tenista británica Charlotte Cooper, fue la primera mujer en obtener un título olímpico.
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Año tras año el género femenino fue ganando más lugar, tal es así que según registros del Comité Olímpico Internacional (COI), en Londres 2012 las mujeres tuvieron representación en todos los deportes y para la edición 2016 llevada a cabo en Rio, representaron el 45% del total de los atletas.
Cabe recordar, que más allá de la participación en las justas deportivas, las niñas y mujeres que eligen vivir para el deporte, también deben lidiar con otros obstáculos. Según estudios de ONU Mujeres, las deportistas obtienen menos oportunidades, menor inversión, capacitación y seguridad. A esto debe sumarse, la mirada machista y los estereotipos.
Sin embargo, pese a siempre correr de atrás, las mujeres supieron hacerse un lugar y brindar al mundo, grandes espectáculos en cada una de las disciplinas deportivas. De hecho hasta no hace mucho, el récord de mayor cantidad de medallas olímpicas lo tenía una mujer, Larisa Latynina, la gimnasta que por más de 50 años fue la deportista más laureada de la historia.
Y por estos lares también tenemos a quien admirar porque la primera deportista argentina en conseguir dos medallas olímpicas en disciplinas individuales también es del género femenino. Se trata de Paula “La Peque” Pareto quien además es la primer mujer en recibir una medalla dorada para nuestro país.
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El camino es largo pero la igualdad de género es fundamental para tener una sociedad mejor. Hoy, los jóvenes deportistas serán los representantes de ese ideal. Sera cuestión de tiempo saber si este es el puntapié para un futuro con las mismas oportunidades para todos y será responsabilidad de nosotros velar para que esto sea una realidad.
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