La nueva ola feminista que ha invadido las calles de todo el mundo en busca de la igualdad de derechos y oportunidades ha tocado las fibras más profundas de la sociedad patriarcal y trajo consigo el recrudecimiento de los pensamientos más oscuros de los grupos antiderechos.
Pero, ¿cómo actúan los medios masivos de comunicación ante esta nueva sociedad que esta naciendo? ¿Acompaña o aun continúa reproduciendo discursos estereotipados que coadyuvan a fomentar la estigmatización de las mujeres?
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Pese a que cada vez es más grande la conciencia que se tiene sobre la necesidad de terminar con la desigualdad entre mujeres y hombres, la realidad es que la naturalización de ciertas conductas y lenguajes machistas generan un estancamiento cultural que no ayuda.
El mito de la juventud y belleza eterna genera por ejemplo, la discriminación hacia aquellas mujeres que no responden a los canones estéticos establecidos.
La mujer representada como víctima, como persona vulnerable que necesita protección, es muestra de la permanencia aun en los medios de las presuntas “características” ya definidas del género femenino. Es decir, para algunos, ser mujer todavía es sinónimo de debilidad.
Por otra parte, el tratamiento de casos de femicidio tal como si se tratase de novelas, de historias dramáticas, con personajes nuevos, hipótesis y detalles innecesarios esparcidos en la audiencia solo para incrementar el sensacionalismo, el amarillismo y la morbosidad , evidencia la violencia machista que continua existiendo en las coberturas informativas, las cuales por una décima más de rating o un click más en la página web, se olvidan quizás de manera adrede que se trata de hechos reales, de personas de carne y hueso con familia y amigos. Se olvidan de la ética periodística y no importa el daño que puedan causar en busca de la tan ansiada primicia.
A esto se suma la estigmatización de la mujer empoderada, estigmatización que esta presente en gran parte de las redes sociales.
Bárbaras, feas, asesinas, locas, putas, feminazis y demás calificativos misóginos rebalsan los comentarios que acompañan alguna noticia en donde aparezca una mujer.
Pero, ¿quién tiene la culpa? ¿La sociedad desinformada o los medios irresponsables y el estado que no implementa políticas más fuertes y efectivas de concientización?
Desde el año 2009 rige en Argentina la Ley 26.485, "Ley de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales"
Esta ley en su articulo 4º establece que "Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón."
Sin embargo, los estereotipos continúan, la desigualdad de derechos continua, la discriminación y la estigmatización continúan, las muertes de mujeres solo por ser mujeres continúan (en Argentina una mujer es asesinada cada 32 horas).
Ante esto, hay que saber que el machismo siempre buscará defender el status quo, porque vive de él, no lo cuestiona y no pretende encontrar solución a este problema.
Por su parte, el estado debe incrementar las campañas de concientización en la sociedad, la cual solo puede mejorar con la educación.
En cuanto a los medios de comunicación que tienen el poder de reforzar los estereotipos de género deben cambiar y adaptarse a los nuevos tiempos. Y para ello, lo primero que se debe hacer, es visibilizar la problemática, hacer visible que los estereotipos que afectan a las mujeres están mal, que la igualdad de derechos y oportunidades es el camino a seguir, que las mujeres no somos menos que nadie y mucho menos somos débiles sino todo lo contrario. Y así lo demuestra el feminismo, que en definitiva, hoy es el movimiento político con mayor capacidad para cambiar al mundo y quienes tienen la tarea de informar deben reflejarlo tal como es y sin prejuicios.
Porque con medios de comunicación responsables se ayudará a que evolucionemos como sociedad de una buena vez.
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