En una confrontadora nota editorial publicada el viernes último, el diario La Nación levantó polémica al elogiar a las niñas que son obligadas a dar a luz y las llamó “madrazas”. Además, atacó al movimiento a favor de la despenalización del aborto, a las Abuelas de Plaza de Mayo y difundió la imagen de la mujer como objeto cuya función principal es la de tener hijos.
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¿Doble moral?
El diario La Nación es bien conocido por ser uno de los pesos pesados en materia comunicativa de este país. Su poder hegemónico direccionó -junto a su hermano Clarín- las opiniones de varias muchas generaciones que, inocentemente, lo consumieron y lo siguen consumiendo. Pero para quienes ya somos conocedores de esta trampa, bien podemos advertir fácilmente el doble discurso que utiliza según su conveniencia.
Y es que principalmente después de las elecciones presidenciales de 2015 fuimos testigos de esta habilidad, cuando comenzaron a encubrir la administración de Mauricio Macri con titulares del tipo “Una reforma impositiva para el desarrollo inclusivo y sostenible” o “¿Cuánto tiempo después de vencidos se puede comer un alimento?”.
Pero no es de extrañar que esto sea así porque, ¿qué va a conocer Bartolomé Mitre, dueño del imperio y tataranieto de aquel otro Bartolomé Mitre, que creció y vivió rodeado de lujos, acerca de los problemas que aqueja el pueblo?
Quizás ahora resulta lógico pensar que de nuevo incurrió en esta práctica para defender otro de sus intereses, que no es otro que el de perpetuar el poder en la figura del hombre e impedir la independencia de las mujeres y el control sobre sus cuerpos. Así, publicó “Niñas madres con mayúscula”.
En él, relata la experiencia de dos niñas que quedaron embarazadas luego de sufrir violencia de género. Claro está, que el editor le encontró sinónimos: mientras que a uno lo llamó “cuando su tía se la ‘olvidó’ en casa de un muchacho”, al otro lo llamó “que sufrió abuso sexual” (yo lo conozco como violación).
No es sorprendente que La Nación use esta clase de terminología, puesto que de esa forma elimina el foco de atención de lo que verdaderamente debería preocuparnos. Acá lo repugnante es que elogia y enaltece a estas niñas que son obligadas a parir bebés, situación por la cual su niñez es destruida para siempre.
Por otra parte, parece, sino es chistoso, tristísimo, el hecho de que hasta hace solo unos meses este medio era portavoz del aprovechamiento de las ‘mujeres que quedaban embarazadas para cobrar planes sociales’, publicando artículos que no hacían más que sembrar odio en quienes ahora pregonan la bandera celeste.
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Finalmente, esta tendencia de cambio de discurso no es exclusiva de este diario, sino que también es muy usada por el monopolio liderado por Héctor Magneto, con el objetivo de influenciar opiniones. Al momento de escribir este artículo, el último titular polémico fue “Pasiones argentinas. La decencia de los que buscan entre la basura”, para referirse a quienes revuelven la basura en nuestro país (gobernado por Macri, es importante aclarar);, que contrasta notablemente con “El régimen de Nicolás Maduro. Comer de la basura, el drama del hambre en Venezuela” para referirse a quienes revuelven la basura en aquel país (gobernado por Nicolás Maduro, cuya posición ideológica es diametralmente opuesta a Clarín).
Por Ami García
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