El falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) comúnmente es usado por la justicia argentina para perseguir a madres protectoras y obligar a los niños y niñas a revincularse con sus progenitores acusados de violencia o abuso sexual.
A pesar de que este falso síndrome carece de consenso científico, es una herramienta utilizada por jueces, juezas, abogados y psicólogos para desestimar las voces de niños y niñas que se niegan a ver al progenitor, alegando que éstos sufren la alienación por parte de las madres que “les llenan la cabeza".

Asociaciones de padres divorciados o separados levantan la bandera del falso Síndrome de Alienación Parental para asegurar que sus hijos se niegan a verlos por culpa de sus exparejas, mujeres “resentidas” que usan de “escudo” a los infantes.
El SAP fue inventado en 1985 por Richard Gardner, un psiquiatra infantil estadounidense acusado de pedofilia y abuso sexual infantil que terminó suicidándose el 25 de mayo de 2003. Este síndrome nunca fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ni por la Asociación Americana de Psicología, y no aparece entre las listas de trastornos patológicos de ningún manual.
La teoría de Gardner fue apoyada por su socio Ralph Underwager, otro pedófilo confeso. Ambos habían servido al ejército de Estados Unidos como peritos de parte de violadores.
La utilización del falso síndrome en procesos judiciales penales y de familia resulta contrario a la ley 26.061, de protección integral de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, ya que no cuenta con el reconocimiento ni respaldo científico. Por esta razón, la Cámara de Diputados de la Nación rechazó la aplicación del SAP en 2013.
Entonces, ¿por qué en nuestro país se sigue usando el SAP como argumento para forzar revinculaciones?
Está claro que este falso síndrome es una herramienta del sistema judicial patriarcal para seguir castigando a las mujeres y niños que se animan a denunciar. Hay que tener en cuenta que las denuncias de abuso sexual infantil en casos de separación o divorcio solo llega al 2% del total. De estas denuncias, solamente el 15 % resultan ser falsas.
El SAP es falso, no está abalado por la comunidad científica. Quienes hacen uso de este síndrome para forzar revinculaciones parentales, resultan cómplices de la revictimización a las que son expuestas mujeres, niños, niñas y adolescentes que se han animado a denunciar.
Por Patricia Martinez
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